Categoría: Cine

Frozen: Disney se vuelve feminista

Frozen (2013) supone un antes y un después en el universo Disney. No sólo porque haya sido una de sus películas más exitosas de todos los tiempos, sino porque la película rompe con el esquema clásico de roles empleado en la narrativa de Disney, marcado por un patrón patriarcal, en el que las funciones de la mujer y el hombre están determinadas básicamente en torno a la sumisión. Basada en el cuento de Hans Christian Andersen, La Reina de las Nieves, y codirigida por Jennifer Lee, la primera realizadora de  una película Disney, Frozen se ha convertido en la película Disney más taquillera de la historia después de Toy Story, y ha sido galardonada con varios premios, entre los que cabe destacar el Oscar a Mejor Película de Animación, y a Mejor Canción.

La historia narra la vida de Elsa, princesa del reino de Arendelle y heredera del trono, quien posee la habilidad mágica de crear hielo y nieve. Cuando es pequeña, debido a sus poderes, deja inconsciente por accidente a su única hermana, Anna, lo que hace que sus padres tomen la decisión de aislarla del mundo. Cuando sus padres fallecen durante un viaje, Elsa tomará posesión del trono del reino como heredera. Sin embargo, tras entronizada, Elsa se negará a aceptar la repentina propuesta de matrimonio de Hans, un apuesto príncipe, con su hermana Anna, lo que desembocará en un descontrol de sus poderes. Ante el miedo así misma, Elsa huye del reino para refugiarse en el bosque y vivir en soledad con sus poderes, incomprendidos por el mundo. Será entonces cuando Anna organizará una expedición en busca de su hermana mayor.

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Lo primero que cabe destacar de la Frozen, es el peso que tienen los personajes femeninos sobre los masculinos. En esta historia, las mujeres gozan de protagonismo absoluto, ostentando el papel  de heroínas, sin seguir los patrones habituales del cuento tradicional. Por un lado, está la historia principal, en la que Elsa es una heroína que se se tiene que enfrentar a su gran enemigo, ella misma. A lo largo de la historia, Elsa logrará luchar contra si misma para terminar aceptándose tal y como es, con su poderes mágicos. Por otro lado, la trama secundaria narra la historia de su hermana Anna, quien tendrá que luchar con el entorno para encontrar a su hermana.

El papel del hombre en Frozen es completamente secundario, e incluso son ridiculizados. Además, es destacable que ambas protagonistas, Elsa y Anna, rechacen a sus pretendientes. El villano de la película, Hans, pertenece a una trama secundario, pues el “villano” de la trama principal es la propia Elsa, que no se acepta así misma. Hans y el resto de personajes masculinos son ridiculizados como avaros, presumidos, superfluos, y tiendo siempre un carácter secundario. Este es el caso de Kristoff, un leñador que ayudará a Anna en la búsqueda de su hermana, con quien mantendrá relación sentimental, basada en el compañerismo y no en la dependencia. La supremacía de la mujer sobre el hombre en la película, trajo consigo su concerniente polémica en los Estados Unidos, donde algunos medios como Fox News acusaron a la película de “adoctrinamiento feminista”, por ensalzar los valores de la mujer a costa del hombre.

Pero además, dejando de lado la aportación a nivel de género de Frozen, a mi juicio, esta historia de Disney también aporta una ruptura completa con el planteamiento básico del cuento, en el que los personajes se han de enfrentar a agentes externos y aprender a través de sus aventuras y desventuras pautas de comportamiento que que conviertan sus acciones plausibles y exitosas en los términos impuestos en la sociedad. En Frozen, como comenté, la trama principal gira entorno a la autoaceptación de Elsa, tal y como es. Elsa es protagonista y antagonista al mismo tiempo, pues su misión no es otra que aceptarse tal y como es, para que el resto de la gente la acepte.

queen_elsa_png_frozen__by_ninetailsfoxchan-d6xayrtNo cabe duda que la historia puede entenderse como una metáfora de la identidad sexual. De hecho, se puede encontrar un cierto paralelismo en la extraña habilidad de Elsa de convertir todo en hielo y nieve, con la aceptación de la homosexualidad, tanto a nivel social como personal. Cuando es una niña, son los propios padres de Elsa quienes instan a que su hija oculte sus poderes, por ser peligrosos para su entorno. Crecida con ese sentimiento de culpabilidad, Elsa no se acepta así misma, lo que le impide una socialización con el resto, por lo que huirá para vivir “libre” su “diferencia”. En el extremo opuesto estaría su hermana Anna, quien tiene grandes habilidades sociales. Elsa tendrá primero que aceptarse a sí misma, para luego poder sociabilizar con la gente y que la acepten tal y como es.

En la película, el momento de autoaceptación de Elsa es encumbrado con la oscarizada canción Let it go, traducida como «suéltalo», que ha sido interpretada como una metáfora de la salida de armario, ya que en ella se dicen frases como  “no dejes que sepan de ti”, “No han de saber”, “Suéltalo, no lo puedo ya retener” o “soy libre y ahora intentaré sobrepasar los límites”.  Sin lugar a dudas, no es de extrañar que la película se haya convertido en un referente dentro del colectivo LGTB.

Es curioso la polémica sobre el cambio de patrón en Disney ha llegado hasta tal punto, que muchos colectivos homófobos han acusado a la película de propaganda homosexual, perjudicial para la educación de los niños. Como argumentaba en una entrevista la codirectora de la película de animación en una entrevista a la BBC, los filmes de Disney se han hecho en eras diferentes, en épocas diferentes y los celebramos por diferentes motivos. Este se hizo en 2013 y tiene un punto de vista de 2013”.

Sin lugar a dudas, Frozen ha supuesto un cambio radical en la narración Disney, la cual lleva décadas atrayendo la atención de niños y niñas de todo el mundo. Esperemos que la factoría de sueños siga por esta línea…