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Heroínas feministas

¡AVISO!: NO CONTIENE SPOILERS

Ya queda menos para que comience la esperada sexta temporada de Juego de Tronos. Para  los que no conozcan esta serie de TV, que hasta Pablo Iglesias regaló al rey Felipe VI, ésta narra la historia de varios reinos que luchan por hacerse con el trono para gobernar al resto, sito en la ciudad de Desembarco del Rey. Las batallas y conspiraciones se suceden mientras algo externo que puede terminar con todos ellos avanza: el invierno. Un invierno que trae consigo invencibles soldados fantasmagóricos. Sin lugar a dudas, una metáfora de la política, en la que los problemas entre los hombres no dejan ver los verdaderos problemas a solucionar para la sociedad.

Pero no sólo el argumento es un atractivo para los espectadores. También los personajes, y muy particularmente los personajes femeninos: Daenerys Targayren, Cersei Lannister, Brienne de Tarth o Sansa y Arya Stark, entre otras. Si bien se pueden considerarse  todas ellas heroínas en distintas tramas, tan solo dos ellas asumen ese papel en la historia desde un punto estrictamente femenino: Cersei y Sansa. Pero, ¿por qué? Ambas cumplen los roles que se le marca para ser heroínas, en este caso, la consecución de poder (e igualdad de trato), un poder que además está restringido a los hombres. Sin embargo, a diferencia del resto, este papel lo asumen con sus armas de mujer, y nunca mejor dicho.

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Si bien en la trama ambas están enfrentadas, a las dos les une su lucha por el poder siendo maltratadas y violadas por su condición. En el caso de Cersei, reina como una Lannister en la sombra en un mundo dominado por los hombres, algo que no merma sus ansias de poder. Por otro lado, Sansa intenta recuperar el honor familiar y poder de los Stark, valores propiamente asignados a la figura masculina, desde una posición de sometimiento al hombre, tal y como marcan las normas del entorno.

Estos dos casos contrastan claramente con el resto de heroínas de la serie, quienes no dudan en asumir patrones puramente masculinos para poder lograr sus objetivos. Se produce algo que es muy frecuente en la narrativa actual: las masculinización de la mujer, bien a través del hembrismo, como en el caso de Arya o Brienne, o como un patrón de heroína machista, en el caso de Daenerys. Ella es quien claramente representa el modelo ideal de heroína bajo una perspectiva heteropatriarcal, pues su figura de poder recrea el típico fetiche masculino: dominación sexual, ingenuidad, de físico exuberante y exótico. En el aspecto político, siempre necesita apoyarse en hombres para tomar sus decisiones. Algo similar ocurre con otras heroínas de la serie.

En la actualidad, estamos acostumbrados a que determinadas funciones o acciones de los personajes de ficción estén asignadas en función del género, casi siempre desde un punto de vista patriarcal. Por ello, el papel de la mujer como heroína es un tema interesante a analizar, sobre todo en las protagonistas de nuevas películas como la saga Los Juegos del Hambre (2012) o Divergente (2012), ambas protagonizadas por mujeres, en las que, sin embargo, éstas terminan desempeñando roles masculinos. Esta narrativa clásica del sistema sexo-género se contrapone a lo que ocurre en la serie basada en las novelas de George R. R. Martin, Juego de Tronos, en la que los personajes masculinos realizan sus acciones al margen de lo establecido para los hombres, y en la que, como hemos visto, se representan heroínas feministas, casi ausentes en la narrativa clásica.