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La Política, cosa de mujeres
Esta semana se ha celebrado el Día de la Mujer, anteriormente conocido como Día de la Mujer Trabajadora. Múltiples eventos y homenajes han tenido lugar, pero lo que se ha demostrado, es que el 8 de marzo se ha revelado claramemente como el día con barra libre para decir sandeces. De todo tipo y color. Un flaco favor a la esencia de lo que representa la mujer.
Con ese motivo, quiero hacer un pequeño homenaje a tres mujeres. Tres mujeres dedicadas en vida íntegramente a la política, porque es ingenuo quien piense que la política con mayúsculas es cosa de hombres. Quién piense eso, es que realmente no sabe lo que es la política. He elegido tres mujeres marxistas, dos de ellas judías, y una católica. Para los más dogmáticos. Tres mujeres que fueron un referente no sólo en su tiempo, sino en la Historia. Una de ellas lideró un movimiento social y político, otra un partido histórico, y la tercera, un país entero. Tres mujeres activas y luchadoras: tres políticas que marcaron un antes, y un después en el siglo XX.
La primera de ellas es Rosa Luxemurgo. Mujer, judía y comunista. Lo tenía todo en su contra. Política y teórica. Su oposición a la I Guerra Mundial la llevaría a la muerte en la Revolución de los Espartanos en 1919. Fue muy crítica con la revolución bolchevique, pero de una forma constructiva. Para ella, la socialdemocracia y la lucha de clases eran dos fases de un único movimiento, no algo contrapuesto. Mantenía la tesis de que sin socialdemocracia no puede haber una lucha de clases real y sostenida en el tiempo. Una mujer que es un referente para casi toda la izquierda, sin fisuras.
La moderna clase proletaria no desarrolla su lucha de acuerdo a un plan establecido en un libro teórico; la actual lucha de los trabajadores es una parte de la Historia, una parte del progreso social, y en el centro de la historia, en el centro del progreso, en el medio de la lucha, aprendemos cómo debemos luchar… Rosa Luxemburgo
La segunda, Golda Meir. Mujer, ucraniana, judía, criada en EEUU, feminista, sionista y marxista. Sin lugar a dudas, de las tres es la que genera más controversia. Se traslada a Palestina para trabajar en los kibutz en la construcción del estado de Israel, bajo un modelo marxista. Será una de las primeras ciudadanas del nuevo estado de Israel y embajadora de Israel en la URSS, primer país en reconocer a Israel, gracias a sus negociaciones personales con Stalin. Después, Ministra de Trabajo y continuará su carrera política hasta convertirse en la cuarta primera ministra de un estado en la Historia. Pese a considerarse sionista, siempre estuvo en contra del éxodo palestino, pero sí de la integración de la población árabe en una verdadera democracia y estado de bienestar, igualitario, el cual ayudó activamente a construir.
Sin embargo, esta carrera se vería interrumpida por los acontecimientos del Yom Kipur de 1973. Meir, siguiendo las instrucciones del entonces secretario de estado de los Estados Unidos, Henry Kissinger, llevó al país a la guerra contra los árabes, lo que le costaría su reputación dentro de la izquierda israelí. Aún así, en 1974 volvería a ganar las elecciones con el Partido Laborista. Pero Golda, arrepentida por la acción bélica, algo que nunca se perdonaría, ella que conocía bien el ruso y sabía que dimitir no era nombre propio, dejaría ese mismo año su cargo consciente del grave error que había cometido. De las tres, fue la única que alcanzó el poder.
La tercera y última mujer política que aquí homenajeo fue Dolores Ibárruri. Mujer, vasca y católica, y popularmente conocida como Pasionaria. Ligada a la lucha obrera en Asturias, donde comenzó su carrera política en el PCE. En la II República sería diputada por Asturias, y vicepresidenta del Congreso durante la Guerra Civil. Siendo miembro destacado del partido comunista, se exilia en la URSS, entonces liderada por Stalin, convirtiéndose en 1942 con el apoyo de éste, en la secretaria general del PCE. Desde el exilio, y con el apoyo de la URSS, organizó durante años la resistencia al franquismo, hasta su dimisión en 1960. Siempre fiel a la doctrina Moscú. Volvería a España tras es reestablecimiento de la democracia, siendo elegida otra vez diputada por Asturias. Un hecho histórico, cuya imagen supondría el cierre del devastador paréntesis que había supuesto la dictadura franquista para España.
Tres mujeres, tres símbolos, y tres políticas imprescindibles. Durante la mayor parte de sus carreras fueron fontaneras, como se las llamarían hoy en día. Porque la política no es sólo teoría y hablar. La política también es saber gobernar: un movimiento, un partido o un estado.
Un acto machista
Hoy ha tenido lugar la apertura de la XI Legislatura con la constitución del Congreso de los Diputados tras las elecciones del pasado 20 de diciembre. Sin lugar a dudas, una legislatura por muchas razones distinta a las anteriores, por la entrada de nuevos políticos, así como una fragmentación del arco parlamentario inédita desde el restablecimiento de la democracia en 1978.
Un día con muchas imágenes, entre ellas la de la diputada de Podemos, Carolina Bescansa, también candidata por este partido a presidir la cámara, quien ha acudido al hemiciclo con su bebé en un acto simbólico. Supongo que en aras de demostrar que se puede conciliar la vida laboral con la familiar. Sin embargo, me gustaría recordarle a la señora Bescansa, que en el Congreso de los Diputados existe una guardería. Del mismo modo, no sé su situación personal, si es madre soltera o no (ni me interesa), pero normalmente los bebés suelen tener otro progenitor (madre o padre).
Me gustaría recordarle a la señora Bescansa, que en el Congreso de los Diputados existe una guardería.
Hacer propaganda de esta forma con la maternidad es un flaco favor a las mujeres trabajadoras, y la lucha de las mismas durante siglos. ¡Madres corajes, no, gracias! Hay millones de ellas en este país, y no van arrastrando a sus bebés delante de las cámaras. En todo caso, un acto reivindicativo es que el bebé lo hubiera llevado en todo caso un padre. Claro, que le hubieran tachado de populista. Y sinceramente, lo haga un hombre o una mujer es populista. Pero además haciéndolo una mujer tiene un tinte machista. Más reivindicativo hubiera sido no ir al Congreso por estar de baja maternal, aunque esta se puede compaginar con el/la cónyuge, si lo tuviera.
Los niños no están para llevarlos al trabajo. De ahí la necesidad del derecho de conciliación de la vida familiar y laboral. Y basta ya de hacer espectáculo, y el uso de menores con fines propagandísticos. Es bochornoso. Además la señora Bescansa no es la única diputada que tiene bebé/s. Otras no lo van proclamando a los cuatro vientos. Ahí está la diputada Mertixell Batet (PSOE), madre de mellizos, quien no duda en llevarlos a la guardería del Congreso para hijos e hijas de diputados/as y empleado/as. En definitiva, lo que pretende ser un acto reivindicativo no es más que un acto del más rancio machismo.
Mujer y lesbiana: doble discriminación
La Agencia de Derechos Fundamentales de la UE, creada en 2007 con el objetivo de velar por la salvaguarda de los mismos en el territorio de la Unión Europea, elaboró en 2012 la Encuesta LGTB (EU LGTB survey, en inglés) de la UE. Se trataba de una encuesta sin precedentes realizada entre abril y julio de 2012 a 93,079 personas mayores de 18, y que se identificaban como gay, bisexual, lesbiana o transexual. La encuesta está basada en un cuestionario de preguntas sobre sus experiencias en torno a la discriminación, así como otros asuntos. Gracias a esta macroencuesta, con 164 preguntas de distinta índole, encontramos datos de gran ayuda para entender la situación de las mujeres homosexuales en nuestro país, así como en el resto de la Unión Europea.
Ante la pregunta de cómo de discriminada se siente por ser lesbiana en su país, las encuestadas españolas contestaron en un 65% que mucho o bastante, una proporción similar a la de la media de la UE, pero bastante superior a la de los varones homosexuales encuestados, que contestaron en un 50% sentirse mucho o bastante discriminados. Está cifra desciende cuando son preguntados sobre haber sufrido discriminación directa en los últimos doce meses, respondiendo positivamente el 48% de las mujeres no heterosexuales, y un 35% los varones.
Preguntadas las encuestadas sobre haberse sentido discriminadas por haber sido identificadas como lesbianas, el 67% respondió positivamente, mientras que entre los varones homosexuales, el 47% sintió haberse sentido discriminado por ser gay.
Si tomamos como referencia entre las encuestas su discriminación en base al género, es decir, el hecho de ser mujeres, el 38% se había sentido discriminadas por este hecho en los últimos 12 meses. En el caso de los hombres, tan sólo un 5%.
Tras analizar los datos ofrecidos por la Agencia de Derechos Humanos de la UE, se puede concluir que las mujeres no heterosexuales, y particularmente lesbianas, se sienten en su mayoría discriminadas por su orientación sexual, pero también en un alto porcentaje, por el hecho de ser mujer, algo que no ocurre con los homosexuales varones. Es decir, se muestra de forma estadística, como las mujeres homosexuales sufren una doble discriminación: la de ser mujer, y la de ser lesbiana.
Hombres y mujeres homosexuales, ¿hacia una igualdad de género?
Como hemos visto en los datos anteriores, la percepción que las mujeres lesbianas tienen en relación a su discriminación, en notablemente mayor que la de los varones, sobre todo en relación al género, tanto como en España, como en resto de países de la UE, donde en muchos países no existe legislación tan progresiva en materia de derechos, no solo civiles. Por ejemplo, España se permite técnicas de reproducción asistida a madres solteras, prohibidas en países como Francia o Italia, lo que permite ser madre sin necesidad de mantener relaciones heterosexuales.
En España, los avances legales a nivel de igualdad de derechos del colectivo LGTB han sido notables en los últimos años, sobre todo a través de la aprobación en julio de 2005, de la ley que permitía el matrimonio entre personas del mismo sexo en igualdad de condiciones que los matrimonios heterosexuales. Desde su aprobación, si cogemos los datos estadísticos de matrimonios homosexuales, y comparamos entre los matrimonios que han tenido lugar desde 2005 hasta 2013 entre hombres, comparándolos entre los matrimonios entre mujeres, observaremos que, si bien es cierto que el número de matrimonios entre hombres es superior al de entre mujeres, hay una tendencia a igualarse. Mientras que la diferencia entre matrimonios entre hombres y entre mujeres era de un 61,16% en 2005, en 2013, esta diferencia solo representa el 13,65%.
Poco a poco, la igualdad entre géneros en el ámbito de las relaciones homosexuales se va normalizando, al menos en lo que a matrimonio se refiere, algo que considero de gran importancia al tratarse el matrimonio la institucionalización de la formación familiar.
Sin embargo, cuando en los medios se habla de matrimonio homosexual, no es extraño que nos venga la imagen de dos hombres siendo protagonistas de una boda. Todavía es frecuente encontrar imágenes como esta ilustrando el matrimonio igualitario, sobre todo en relación a personalidades de la esfera pública. La discriminación machista es una realidad mediática también a la hora de reflejar la homosexualidad.

Noticia de El País en su edición digital.