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Segunda Transición (ii): Madrid DF
Han pasado más de 100 días desde las elecciones, y seguimos sin gobierno. Parece que tras la Semana Santa se avista algún pequeño cambio en las negociaciones entres las autodenominadas fuerzas del cambio. Puede que éstas hagan posible un ejecutivo antes del próximo 2 de mayo. Mientras la élite política sigue debatiendo y el estado sigue descabezado, con un gobierno en funciones que sigue jugando a su ritmo fuera de prórroga, parecen inevitables determinadas reformas que se avistan necesarias desde hace años. Una de ellas es el estatus de capitalidad de la Villa de Madrid, algo que la actual alcaldesa, Manuela Carmena, ha reclamado en más de una ocasión.
Si bien en derecho comparado el estado autonómico actual se puede considerar un estado federal, en el papel está configurado como un estado federal imperfecto, y entre las imperfecciones está la situación de la capital. En la actualidad, los madrileños tenemos que cargar con los gastos añadidos de seguridad e infraestructuras, entre otros, que supone ser la capital del reino. Pero no sólo eso, factores como la especulación urbanística o la gentrificación que su sufre la ciudad por su posición, hacen, por ejemplo, que los madrileños vean incrementado sus gastos básicos, como el de la vivienda, así como una diáspora del centro al extrarradio de la ciudad.
Ciudadanos y PSOE llevan en su programa una reforma constitucional que haga posible una estructura federal del Estado. Esa reforma debería de dotar un estatus especial a la ciudad de Madrid, creando un distrito federal exclusivo, donde los habitantes de la misma no tengamos que cargar con los costes que generan la capitalidad, así como la implementación de medidas compensatorias como un incremento salarial, como ocurre en otras capitales del mundo, tales como Londres. Todo ello, si en la futura reforma se mantiene Madrid como capital del estado. Esperemos que sí, aunque con estos políticos nunca se sabe.
Jornada de reflexión
Javier Olano
Cierre de campaña. «Jornada de reflexión» (otra cosa a cambiar). Como creo que está democracia comienza a ser algo madura (todavía bastante lejos de EE. UU., Reino Unido o Francia), y aunque el voto sea «secreto» (me río yo del secreto del voto en muchos pueblos y barrios de este país en 2015), os diré que voy a votar a Unidad Popular-Izquierda Unida.
No porque siempre haya votado a IU. No porque hay hecho campaña por esta candidatura (me parece de justicia democrática, después del bloqueo mediático sufrido, y que ninguna otra fuerza ha denunciado). No porque IU sea la única fuerza que ha representado de forma continuada la defensa de los trabajadores/as españoles/as durante más de 80 años. No porque crea que su programa es el más realista desde una posición de izquierdas. No. Por ninguna de esas razonas.
La razón por la que esta vez voy a volver a votar a IU (Unidad Popular – Izquierda Unida) es la ley electoral. Sí, esa que ninguno de los cuatro partidos principales tiene interés en cambiar. Esa que permite que la tercera fuerza estatal con más de 1 700 000 de votos termine con solo 11 diputados por detrás de partidos nacionalistas. Esa que hace que muchos ciudadanos extremeños, castellanoleoneses, castellanomanchegos, cántabros,… que votan a esta formación, no sean representados porque es casi imposible que saquen un diputado en sus circunscripciones. Por ellos, y como yo vivo en Madrid (circunscripción de gran población con posibilidad de sacar diputados de distintas formaciones), votaré a Unidad Popular.
Estas elecciones, probablemente, si votase en conciencia, votaría en blanco o al PSOE (nunca les he votado). Realmente en blanco no votaría, porque una vez más la ley electoral penaliza esta legítima opción. Así que votaría al PSOE, porque después de que por profesión conozca la mierda de todos los partidos, son los socialistas los que más posibilidades tienen de gobernar para los intereses de la clase trabajadora. También digo, que aunque vote a IU, espero que Pedro Sánchez sea el próximo presidente del gobierno. Soy realista y sincero.
La corrupción de este país no consiste en que tengas que pagar a un funcionario para mover un papel. No. Es una corrupción sistémica. Lo que yo denomino la dictadura de la mediocracia.
Aunque nos mareen la cabeza con desahucios, guerras, votos rogados, y demás ocurrencias, la principal preocupación de los españoles es el paro. Esta es mi situación laboral. Soy parado como millones de españoles. Y no por no tener ni formación ni experiencia. Es un problema «estructural» de España. Como si fuera algo natural. Un don divino. Estructural como la segunda preocupación. La corrupción. Estos cuatro años hemos conocido muchos escándalos: caso Bárcenas, preferentes, Gürtel, etc. Pero esto es la punta del iceberg. La corrupción de este país no consiste en que tengas que pagar a un funcionario para mover un papel. No. Es una corrupción sistémica. Lo que yo denomino la dictadura de la mediocracia.
La financiación de los partidos políticos es uno de esos elementos esenciales y necesarios para mantener la corrupción. Lo hemos conocido por activa y por pasiva. Por eso, hay que decir que quien financia a los principales partidos políticos estas próximas elecciones legislativas.
PP – financiación desconocida. Financiación opaca.
PSOE – Banco Santander y Bankia.
Unidad Popular – IU – Bankia.
Ciudadanos – Banco Popular.
Podemos – crowdfunding y microcréditos. En español, donaciones anónimas. Financiación opaca.
¿La banca siempre gana?¿O la mafia? Pues parece que últimamente la mafia.
Hoy ha cerrado el Ibex 35 con una de sus peores semanas desde 1990. Muchos se meten con el sistema bancario. No, no son hermanitas de la caridad. Es más, lo hemos rescatado. Pero entre banca y mafia (véase financiación opaca), me quedo con la banca. Y que me llamen capitalista. Yo diré que acepto las reglas del juego. Al menos sé de donde viene el dinero. Dinero que en parte es mío. Lo pago con mis impuestos que financian el rescate de Bankia, por ejemplo.
Si el domingo quieres terminar con esta Banana Republic con rey, vota con cabeza. Vota por la ética. Vota con conciencia.
Solo espero que la gente este domingo vote en conciencia. Porque sí, lo que decida la mayoría es lo que nos gobernará cuatro años. Aunque muchas veces, esa gente que decida ni siquiera vivan en este país, y se consideren víctimas por pedir su voto. Sí, ellas también eligen el devenir de las políticas, aunque no las sufran en persona, y «emigren» en busca de su beneficio personal. Porque estamos en España, no en República Dominicana. Aunque a veces no lo parezca.
Si el domingo quieres terminar con esta Banana Republic con rey, vota con cabeza. Vota por la ética. Vota con conciencia.
Pronóstico electoral para el 20D
Saturados esta campaña electoral de sondeos, aquí os dejo mi pronóstico para las elecciones legislativas del 20D. Evidentemente, uno que es prudente, no me puedo arriesgar a decir el número de diputados que tendrá cada partido, tan sólo el orden en el podium. Aquí va mi quiniela:
1. PSOE
2. Ciudadanos
3. PP (batacazo menos en Asturias, Navarra y País Vasco)
4. Unidad Popular-Izquierda Unida
5. Podemos
No tengo en cuenta las candidaturas en las que IU y Podemos van juntos, como Marea (Galicia) o En Comú Podem (Cataluña).
El 20 de diciembre veremos la encuesta real. Porque, como los sondeos, esto sólo es un pronóstico.
Como decía Pierre Bourdieu, la opinión pública no existe.